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Ningún vecino es bueno, pero si fuese sordo y ciego será menos malo.
El dinero es el mayor mal del mundo; él solo dirve de entretener ladronas, pagar putas, vender leyes, comprar adulterios, satisfacer alcaguetas y hartar codiciosos: quien lo pierde, lo gana; y quien no lo tiene es el que lo tiene bien repartido.
La vida no se puede escapar de la muerte. El alma no se piede librar de la vida. El tormento y la gloria son mundo en donde sólo se mensuran eternidades.
El silencio es más cariñoso y más sabio que la conversación; [...]
Sin leyes, podemos vivir; sin físicas, pasar; pero no podemos vivir sin morir,
La vida no se puede escapar de la muerte. El alma no se puede librar de la vida. El tormento y la gloria son mundo en donde sólo se mensuran eternidades.
Morir vestido, en camisa o en cueros, en cama o en cadalsos, todo es morir. Más quiero esperar a la muerte con valor, que recibirla con ascos y gestos.
La vida está sujeta a la muerte y a la enfermedad, y cada uno nace para ser médico de su vida.
Los médicos y los cazadores viven de lo que matan; los atrólogos y los letrados viven de lo que mienten.
Son los libros unas copias de las almas de sus autores, unas imágenes de sus sentimientos, unos originales de sus fantasías y unas vivísimas representaciones de sus vicios, virtudes, capacidades y sentencias. Son los libros como los hombres; unos buenos, otros malos; unos chicos y otros grandes, unos santos y otros pecadores; pero los más son malos, porque así son los más de los hombres del mundo; y como obras hechas por nosotros, es preciso que sepan a la pega de nuestra ignorancia, vanidad, vanagloria y locura.